Buenos días.
Sigue lloviendo. No ha parado ni un momento creo que desde el sábado por la noche. La riera, que normalmente es así como un par de meadas de perro juntas, ahora parece el Orinoco, y a 50 metros de casa se han formado un par de pequeñas lagunas que no sé yo si no acabaré haciendo fotos de flamencos y garzas desde la ventana. De momento debajo del cedro se acercan urracas, palomas de cuello negro, petirrojos, zorzales, estorninos, herrerillos y carboneros, a picotear ese cuenco de pienso de Mus que cada día les voy poniendo, hasta que se acabe.
Tengo al lado a Fernando sentado con su iPad. Se apaña muy bien, se busca lo que le interesa y puedo trabajar sin preocuparme. Ahora mismo está con un juego de fútbol y se le ve divertido y tranquilo. Y Leyre está abajo estudiando, con sus partituras y esas cosas. De vez en cuando oigo unos cuantos compases de piano y su voz, ay, su voz, que algún día tengo que poner por aquí.
Una mañana que va cundiendo. Dos personas me han pedido si podía ayudarlas, una en un asunto personal y otra en un tema profesional y, afortunadamente, a las dos les he podido poner en contacto con alguien capaz de resolver. Tengo programados ya en el múdel (de los cataplines, añado siempre, aunque a menudo con una expresión más rotunda) los enlaces para el resto de clases de la semana, y también he dejado a punto unas cuantas actividades para la feligresía.
Desde la cocina llega el olor del pan que está terminando de hacerse en el horno y también el de un par de cebollas que se están pochando a fuego muy lento en la sartén porque hoy toca comer hamburguesas.
El fallo es que todo esto, que así contado suena a idílico, no es elegido, sino forzoso. Se atribuye a George Bernard Shaw la idea de que mientras que las personas sensatas se adaptan al mundo las personas insensatas insisten en que el mundo se adapte a ellas, y por eso todos los progresos de la Humanidad se deben a la insensatez. Por ahora toca sensatez. Pero ya falta menos, cada vez falta un poquito menos.
Cuidaos mucho y cuidad de vuestra gente. Se os quiere.
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