lunes, 18 de abril de 2022

17 de abril de 2020

Buenos días, buenas tardes ya.

Estaba hace un rato intentando hacer tres cosas a la vez, que es algo que como es bien sabido los tíos no debemos ni intentar (dos ya se nos hace un mundo). He acabado insultando al ratón del ordenador, donde estaba respondiendo un guásap, porque por más que lo movía (incluso a partir de un cierto momento con cierta brusquedad) no veía ninguna reacción en la pantalla… del iPad, con el que intentaba enviar un correo, y todo mientras hablaba por teléfono con una persona que me estaba contando una cosa bastante curiosa.

Al final me he rendido a la evidencia: he terminado la llamada, después he respondido el guásap y luego he enviado el correo. Me he sentido un poco más memo de lo usual y me ha dado por pensar en que si he hecho eso ahora, cuando por mucha faena que tenga no me va a faltar tiempo para hacerla, ¿cuántas veces habré dejado algo a medio hacer, o lo habré hecho como mínimo regular, por no poner suficiente atención en lo que estaba haciendo? Es más: ¿cuántas veces me habré perdido algún momento irrepetible, o quizás una parte especialmente interesante de una conversación, por estar pendiente de cualquier otra cosa?

No sé, me parece que estas semanas, a falta de algo mejor, se nos está ofreciendo la oportunidad de volver a valorar como merecen todas esas cosas que, por tener con facilidad a nuestra disposición habitualmente, las tratamos con la misma indiferencia con la que no damos ninguna importancia a encontrar un volante en el coche.

Y entre esas cosas destacan las que tienen que ver con personas. Ese café de primera hora que tomas con alguien una vez a la semana, ese beso rutinario a tu pareja o tu cachorrada, esa clase que das en modo automático porque después hay una reunión complicada, esa respuesta cortés pero poco sentida a alguien que ha tenido un detalle o ese pajarillo precioso que te mira desde una rama sin que le hagas ni caso.

Voy a intentar que eso no vuelva a pasar. No lo conseguiré porque la tontería no se quita de golpe. Pero intentarlo, vaya que sí.

Cuidaos mucho y cuidad de vuestra gente. Se os quiere.

No hay comentarios:

Publicar un comentario