Buenos días.
Hay una canción de Serrat, creo que de las menos conocidas pero para mí de las más bonitas, que empieza así: "De vez en cuando la vida nos besa en la boca..." Es verdad. De vez en cuando la vida nos pone en situaciones que nos hacen felices por el simple hecho de vivirlas.
Pero también es verdad que algunas veces tiene una forma extraña de hacerlo: la de darnos la oportunidad de demostrar quienes somos y lo que llevamos dentro. Lo difícil, lo duro, lo exigente, momentos como el que estamos compartiendo, también son escenarios para una felicidad concreta: la de demostrarnos cada cual a sí mismo, y a los demás, de qué clase de material está hecha nuestra alma.
Es por eso que en estos días estamos viendo lo mejor, pero también lo peor, de nosotros mismos y de quienes nos rodean. Desde la calma serena del que está en su casa o el heroísmo sencillo de quienes están en primera línea hasta la miseria moral del que está aprovechando para sacar fuera todo el rencor, todo el revanchismo, todo el odio y toda la bajeza que tiene dentro. Si de tu boca sale amor será porque estás lleno de amor, si de tu boca sale mierda (perdonad) es porque estás lleno de mierda.
Yo sé quienes son mis amigos y mis amigos saben quien soy yo. Nunca el odio ha servido para hacer crecer nada bueno ni nuevo. Es el amor, el amor intenso, el amor profundo, el amor tal como se lo cuenta Pablo a los corintios, el que hace que el mundo se encamine poco a poco, con dificultad, titubeando pero con una meta clara, hacia el Bien.
Cuidaos mucho y cuidad a vuestra gente. Se os quiere.
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