Vais dejando que todo se deteriore
que el desgaste vaya deshilachando las fibras
y la falta de tensión afloje los lazos.
Luego, cuando ya nada tenga remedio
fingiréis que no os habíais dado cuenta,
os exclamaréis retorciendo las manos,
aparentando un lamento que no todos sentís
y mojaréis los ojos con lágrimas,
la mitad de ellas falsas.
Y al decidir que ya no hay manera de arreglarlo
o que ya no hay nada que arreglar
sonreiréis los dos con elegancia
pero sólo una de esas sonrisas
saldrá de dentro del alma.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario