lunes, 31 de marzo de 2014

De fuego y hielo

Dibujo en el aire la silueta de tu sombra
enfebrecido por el trazo frutal de los perfiles
que mis dedos buscan incansables
entre cantos de abril y perfumes inéditos
de fuego y hielo.

No hay miedos ni sombras esta noche,
no hay margen en el que no aniden flores
ni silencio que no llene tu mirada.
No hay culpa ni perdón en la caricia,
no hay piedra que pueda detener mi vuelo
ni deseo que no pueda ver cumplido.

Humedades, calor, susurros, besos.
Manos que revolotean en los cuerpos.
Bocas que respiran piel y misterio.
Palabras que prometen nuevos juegos.
Amor. Silencio. Risas. Sueños.

Con elegancia

Vais dejando que todo se deteriore
que el desgaste vaya deshilachando las fibras
y la falta de tensión afloje los lazos.

Luego, cuando ya nada tenga remedio
fingiréis que no os habíais dado cuenta,
os exclamaréis retorciendo las manos,
aparentando un lamento que no todos sentís
y mojaréis los ojos con lágrimas,
la mitad de ellas falsas.

Y al decidir que ya no hay manera de arreglarlo
o que ya no hay nada que arreglar
sonreiréis los dos con elegancia
pero sólo una de esas sonrisas
saldrá de dentro del alma.

domingo, 30 de marzo de 2014

Temblor cobarde

El viento gélido que sube del mar
encañonado en los recovecos del valle
trae un enjambre de agujas que me atraviesan
sin dejar en mí rastro alguno de su paso.

Escucho el clamor de las ramas inermes,
la huida de las piedras indefensas,
el espectáculo térmico de las luces
y el temblor cobarde de las losas
encogidas como negros presagios
de noches de zozobra inquieta.

Pero de pronto la luz se hace palabras.



sábado, 29 de marzo de 2014

Mares de piedra

Tarde de marzo.
Las sombras van invadiendo el salón
mientras sonidos estridentes atronan mis oídos.
En el horizonte infinito se recortan esforzadas siluetas
que interrumpen el bramido del viento.

Nadie a mi alrededor y sin embargo
siento la ineludible presencia de tu compañía
como una oración desencadenada
en las esquinas del alma ansiosa
de amaneceres sin cuentos ni rosas.

Hay un murmullo de hormigas caminantes
y desde la misma profundidad de los cielos
se inclinan, impías, miradas atenazadas
que exigen mares de piedra.

Todo está en su sitio y nada es lo que es,
o quizás nada está en su sitio pero todo es lo que es,
y quién sabe si mejor así.

viernes, 28 de marzo de 2014

Sin origen ni destino

Todo está ahí, en las curvas de un viaje
sin origen ni destino
en el que todo el camino tiene texturas
de tramas etéreas y confusas que enmarcan
luces de plomo y carrasca seca.

Si quieres podemos decirlo a tu manera: cualquiera
comprende que una piedra sin marcas
no es más que un hito leve y casi liviano
en el desespero profundo del cautivo
que anhela, sin odios, el canto dulce de tu nombre.

Te veré, sí, te veré con mis dedos, te oleré
con mis ojos y te miraré con mis labios.
Porque nadie sino yo conoce
el desatino feroz de los jilgueros
que alborotan las agujas de los pinos.

martes, 25 de marzo de 2014

Muros de la memoria

Repito mi noche como un bucle de esferas inconcretas
que señalan pasos nunca antes dados
por desconocidos caminantes teñidos de otoño.

No hay margen para la duda triste cuando alrededor,
sin conciencia ni sentido aparente,
todo anuncia el retorno de las luces
que un día creíste perdidas.

Te sorprende la victoria de las hiedras grisáceas
sobre los desvencijados muros de la memoria.
Y no hay dia que no te preguntes, incrédulo,
cuándo y dónde nacieron tantos interrogantes
que el dulce suelo acoge entre grietas y esperas.