¿A quién no se le han puesto feas unas cuantas manzanas? Un pequeño golpe y en cosa de horas aparece la típica mancha marrón, que no sólo crece a todo trapo sino que se contagia a la manzana inmediata. Da un poco de rabia pero si no te das prisa en dos días tienes todo el cesto para tirar. Mal, ¿no? Pero hombre, si tenemos las manzanas picadas, una lámina de hojaldre en el congelador, mermelada de albaricoque o melocotón, azúcar y agua, podemos montar muy fácilmente una tarta de manzana fácil, sana, rica y resultona. Para empezar cortamos las manzanas por la mitad y luego en láminas, eliminando, claro, las partes feas y los corazones. Y colocamos las láminas encima del hojaldre.
Ponemos en un vaso dos buenas cucharadas de mermelada y añadimos un poco de agua. Removemos bien para obtener una especie de puré espeso, pero algo más líquido que la mermelada, algo que se pueda extender por encima de la tarta con un pincel de silicona.
Sobre la tarta montada y pintada espolvoreamos azúcar, si puede ser moreno.
Y ya. Horno por abajo a 180º precalentado, y unos 20 minutos. A mí me gusta que quede bien tostadita pero igual alguien os convence de que eso da cáncer y nosequé. Bueno, el hojaldre no sube mucho excepto por los bordes, claro. Pero se pone firme y estupendo. Cuando esté a vuestro gusto apagáis el horno y la sacáis. Y cuando el horno se haya templado la metéis dentro y la dejáis ahí. ¿Cuánto rato? Pues hasta mañana, porque antes de eso no es buena idea comérsela. Oh, pero es que está tan buena recién hecha... No. Cualquier cosa que se haga con una masa en la que haya harina está más buena, más sabrosa, si está fría. Y esta tarta de manzana está deliciosa dejada dentro del horno apagado durante 24 horas. De verdad que sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario