sábado, 15 de abril de 2017

TARTA DE CHOCOLATE NEGRO Y MELOCOTÓN


Hoy quiero explicaros una tarta que me parece muy sencilla de hacer y es muy resultona. He tenido que mirar en el DRAE la diferencia entre pastel y tarta; el caso es que si la base es bizcocho sin ninguna duda hay que decir tarta. Hace tiempo probé unas tartaletas de chocolate negro con melocotón y me pareció una combinación estupenda, y tenía en la cabeza probarla. Aquí está el experimento y creo que ha salido bastante bien.

Para hacerla necesitáis una base de bizcocho, redonda o rectangular da igual, pero que sea de verdad base de bizcocho. ¿Y eso cómo se sabe? El bizcocho de verdad no lleva levadura. Es así de suave y esponjoso porque se montan las claras de huevo hasta que están a punto de nieve y se hace lo mismo con las yemas, que si no están casi tan blancas como las claras es que aún hay que darles más. Sólo con eso, con la cantidad de aire que cogen las claras y las yemas al montarlas, se consigue la suavidad propia de un verdadero bizcocho. De manera que cuando compréis el bizcocho tratad de aseguraros de que no lleva levadura. Además necesitáis 1/2 kg de chocolate negro de cobertura, 3/4 de kg de mermelada de melocotón... Y unos cuantos palillos.

Lo primero que vais a hacer es fundir el chocolate. Muy fácil. Llenáis de agua hasta la mitad una olla pequeña y la ponéis al fuego. Mientras se calienta rompéis el chocolate en trozos y lo ponéis en un bol (como veréis, uso una típica ensaladera de esas de duralex de toda la vida). Y cuando el agua hierva ponéis el bol encima de la olla y bajáis el fuego,


Esta es la manera correcta de fundir el chocolate, o eso o el baño María de siempre, que es mucho más engorroso. Hay que ir removiéndolo con calma, hasta que está así:


Mientras esto se ha ido haciendo, hay que cortar el bizcocho. No es cosa de hacerlo a lo bruto, porque seguramente saldrá mal. Hay un truco que funciona muy bien. Primero claváis 8 palillos a la altura a la que queréis hacer el corte, así:


A continuación cortáis apoyando el cuchillo (de sierra, claro está) en dos de los palillos, entrando suavemente en el bizcocho. Giráis la pieza un octavo de vuelta y repetís la jugada, y así sucesivamente. Cuando le hayáis dado la vuelta entera tendréis el bizcocho casi cortado, sólo tendréis que terminar el corte profundizando el cuchillo en la parte del centro. Cuando quitéis la tapa os quedará así:


Bonito, ¿no? Pues volvéis a clavar los palillos y repetís toda la jugada, de manera que tendréis el bizcocho perfectamente cortado en tres discos del mismo grosor. Tratadlos con cuidado porque el bizcocho, si es de verdad, es muy frágil.

Ponemos el disco inferior en el plato, preferiblemente sobre un papel de horno. Y cubrimos este disco con una capa fina del chocolate que tenemos ya fundido.


Procurad que la capa sea bien fina, porque este chocolate llega a solidificarse. Esperad unos 15 minutos y cubrid el chocolate con la mermelada de melocotón (podéis hacerlo también con mermelada de naranja amarga si la tarta es para adultos, porque en general a los críos la naranja amarga no les gusta).


Ahora ya es todo muy sencillo. Ponemos el segundo piso y lo cubrimos de chocolate...


... y otra vez de mermelada de melocotón.


Finalmente colocamos la tapa...


Y cubrimos todo de chocolate. Vale, hay que alisar un poco mejor esta última capa de chocolate para que quede más bonito, pero se supone que las tartas caseras no son perfectas ¿no?


Ahora vamos a dejar que esto se enfríe bien frío. Incluso lo podéis meter un rato en la nevera, no más de media hora. Con esto ya conseguiremos que la capa de chocolate se ponga bastante dura, lo suficiente para que cruja y se rompa al cortar el pastel.

A partir de aquí ya sólo hay que decorar. En este caso como la tarta era para celebrar los 19 años de mi hijo mayor, aparte de unos florones de nata (de esa de spray) he hecho, con algo de chocolate que me ha sobrado, esto:


Y otro ratito a la nevera. Para ser la primera vez ha quedado bien, y estaba bueno. Vista la experiencia insistiré en que las capas de chocolate sean muy finas, pero vamos, a mí lo de que la costra exterior se rompa al cortarlo me gusta, me parece que hace muy casero. Si lo probáis ya me contaréis.