domingo, 20 de diciembre de 2015
INTXAURSALSA
Hacía tiempo que me rondaba la cabeza probar a hacer este postre basado en las nueces, contundente y rotundo como un aizkolari, sabroso y dulce. Y ya está probado y con mucha satisfacción, porque con muy poquitos ingredientes se obtiene una verdadera delicia.
Necesitamos 175 g. de nueces sin cáscara, la misma cantidad de azúcar, 400 ml de leche y otros tantos de nata líquida, y un palo de canela. O sea, de régimen, diríamos.
Empezamos poniendo en una cazuela la leche, la nata y la canela. Llevamos a hervor y en ese momento bajamos el fuego justo hasta el punto en el que parece que el líquido quiere hervir pero no puede. Hay que dejar la canela en la leche quieroynopuedo hirviente unos cinco minutos.
Mientras tanto en el vaso de la batidora ponemos el azúcar y las nueces. Bueno, veréis, si no tenéis una batidora muy potente es mejor que uséis el accesorio picador, porque las nueces son muy grasientas (grasas sanas, como todos sabéis) y se os puede atascar la batidora. Hay que batir bien batido hasta que el azúcar y las nueces formen como una pasteta que recuerda un poco al turrón de Jijona.
A continuación echamos la mezcla de nueces y azúcar en la cazuela, de donde hemos retirado la canela, y llevamos a hervor. Antes de eso podemos darle una última pasada de batidora a toda mecha (ojito con las salpicaduras que la leche caliente sobre la piel es como plomo fundido). Vale, fuera canela, pasadita de batidora y subir fuego hasta que hierva. En ese momento hay que remover con varilla y a mano durante diez minutos, a un ritmo que mantenga otra vez la mezcla en el estado de quieroynopuedo que os dije antes. Es cansadete, lo sé, pero podéis parar de vez en cuando unos segundos, justo hasta que veáis que el líquido empieza a crecer. Vais a notar que en sólo esos diez minutos la mezcla va tomando un color café con leche muy apetitoso y se espesa ligeramente.
Pasado el tiempo se quita del fuego y se pone a enfriar. En estas fechas lo normal sería que dejándolo en la ventana bajase de temperatura bastante deprisa. No es mala idea cambiarlo de recipiente, sólo con eso baja unos cuantos grados. En cuanto haya perdido suficiente calor lo podéis meter en la nevera, y hay que esperar a que esté bien frío.
Lo repartís en tazas y a disfrutar. Por extraño que parezca está fenomenal acompañado de queso Idiazábal o cualquier queso de oveja tierno y si puede ser ligeramente ahumado. Ya me lo contáis, si eso.
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